La palabra rutina tiene su origen en la palabra ruta. Es decir, es el camino que queremos seguir. Esto implica un orden y una guía clara sobre dónde queremos llegar y el camino más acertado para llegar hasta allí. Dicho de otro modo: saber planificarse. En una sociedad donde la emoción, prima sobre la razón, a veces parece casi una locura ser capaz de encontrar agradecimiento y disfrute en lo cotidiano.
Pero la monotonía también tiene su encanto escondido; las gotas de lluvia cayendo despacio en una ventana una tarde de otoño, o el paseo lento y tranquilo de dos abuelitos, tiene una belleza escondida que no podemos negar. La vida pasa rápido y a la vez lenta. El día y la noche se repiten una y otra vez y no por eso dejan de ser bellos.
Por eso, si la rutina os comienza a parecer amenazante, siguiendo a Pep Borrell (Bailar en la cocina, 2023) y a Lucía Martínez Alcaide (Más que juntos, 2021) os recomiendo algunas ideas:
1.- Agradece y admira: pasamos la vida demasiado atentos a lo que no funciona. Dar las gracias es un modo de no acostumbrarnos a cada acto que tu novio/a o tu esposo/a hace por ti. Que te pongan el desayuno por las mañanas, te recojan del trabajo o te manden un whatsApp bonito cada noche no es un gesto más, sino algo que te hace único y especial.
2.- Sé alegre: quién no ha deseado encontrarse un compañero de trabajo amable, un vendedor simpático o alguien que te atienda bien cuando estás en la cola del banco… Una cara amable lo arregla todo. El otro día, sin ir más lejos se me rompió el coche en mitad de una avenida en Málaga. El resto de coches empezó a pitarme y algunos peatones me daban golpes en el coche para que me apartase. Fue muy violento. Hasta que un chico, se dio cuenta del mal rato que estaba pasando y me ayudó a mover el coche para que no obstruyera el paso. Nunca más lo volveré a ver, pero ese gesto me alegró el día.
3.- Acoge al otro tal como es: si empiezas a salir con un chico o una chica pensando en que lo puedes mejorar o cambiar, da un paso atrás. Se trata más bien de descubriros el uno al otro y comprobar si es esa la persona con la que quieres compartir la gran aventura de tu vida: el matrimonio. Así lo mejor es recordar que el otro también te está acogiendo y queriendo con tus fortalezas y debilidades, con el pack completo; eso te dará humildad y te ayudará a relativizar los momentos más delicados o aburridos.
Para terminar, te copio las últimas palabras que dejó Pau Donés, cantante del grupo Jarabe de Palo como legado antes de morir.
- Que sepamos vivir el presente.
- Que no perdamos el tiempo pensando en el futuro.
- Que dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos.
- Que dejemos de hacer montañas de granitos de arena.
- Que la tristeza nos dé ganas de reír. Que nos riamos mucho.
- Que cantemos en la ducha, en los bares, en las bodas, en las cenas con los amigos o donde nos apetezca cuando nos venga en gana.
- Que aprendamos a decirnos «te quiero» sin que nos dé vergüenza.
- Que nos besemos, nos toquemos y nos abracemos mucho.
- Que nos escuchemos tanto como sepamos compartirnos en silencio.
- Que nos queramos, a los demás y sobre todo a nosotros mismos.
- Que nos peleemos lo menos posible. Estar enfadado es una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¡Al carajo el ego y el orgullo!
- Que nos dejemos de rollos, de cosas, de hacer ver lo que no somos, que eso no sirve pa’ ná.
- Que le perdamos el miedo a la muerte, pero también le perdamos el miedo a vivir.
- Que decidamos por nosotros mismos. Que nunca dejemos que los demás decidan por nosotros.
- Que cuando la vida nos cierre una ventana sea cuando más abramos las alas para romper el cristal y salir volando.
- Que las cosas nos lleven adonde sea, pero que nos vayan bien.
- Que los hipócritas, corruptos, pesaos, estúpidos, mentirosos… Se reprogramen y entiendan que en la vida no hace falta ser así, que la vida va de otra cosa.
- Que a las penas, puñaladas y al mal tiempo, buena cara. O mala, que tampoco pasa nada.
- Que la vida sea siempre un sueño.
- Y, en fin, que a la vida le demos calidad, porque belleza sobra.