INDIVIDUALISMO, UNA ACTITUD EGOCÉNTRICA

El individualismo es una corriente de pensamiento, una actitud o un sistema social y político que prioriza los derechos, intereses y autonomía del individuo por encima de los del grupo, la comunidad o el colectivo.

Vivimos en una sociedad en la que prima el propio interés individual, el egoísmo. Sin embargo, hay muchas personas generosas que se preocupan de ayudar y servir a a los demás, a veces desprendiéndose de parte de sus bienes, dedicando mucho tiempo y energías.

La tendencia individualista suele ser frecuentes en las actividades profesionales: solo me interesa ir escalando posiciones para satisfacer mi propio ego, para adquirir más cuota de poder o para demostrar mi valía personal.

También se presenta en la vida familiar: cada miembro de la familia tienes su propio plan, sus propias preferencias y que no está dispuesto a ceder por ningún motivo, aunque sea por el bien de la propia familia. 

Con frecuencia vemos a personas alrededor de una mesa, cada una consultando su móvil, sin prestar atención a las conversaciones. Estamos juntos físicamente, pero falta la comunicación personal, cada una está preocupada de sus cosas sin tener en cuenta a los demás.

Si esto ocurre en el matrimonio, esa falta de comunicación favorece la separación, ignorando al otro cónyuge. Es fácil imaginar que esta falta de comunicación sea la causa de muchas separaciones y rupturas familiares.

Esta tendencia individual ignora que la persona se desarrolla de manera integral con el espíritu de servicio y los actos de generosidad. El individualismo lleva a ejercer la libertad individual por encima de los intereses de los demás. Cada persona decide qué es la verdad, el bien o el mal, sin tener en cuenta la verdad objetiva o los criterios éticos. Se adquiere así una actitud egocéntrica y egoísta.

Si el espíritu de servicio proporciona alegría, el egocentrismo favorece la tristeza. Se olvida que así no se satisface las ansias de felicidad, el sentido de trascendencia de la vida.

¿Cómo superar el individualismo?

Lo más importante es la educación que se reciba en la familia y el ejemplo de los padres. Hay muchos comportamientos que favorecen la generosidad en la familia: compartir los bienes o los medios necesarios para lograr el bien de toda la familia. También ayuda realizar actividades o juegos apropiados, actos de generosidad entre los hermanos o con personas ajenas a la familia.

Hay que tener en cuenta el proceso de desarrollo de la personalidad y la evolución de la madurez personal. Después de la adolescencia se adquiere más autonomía y por tanto, las decisiones que se tomen ayudan o no a crecer en la generosidad.

Se aprecian en muchos jóvenes y sus padres actitudes individualista al escoger la formación académica o cuando se busca empleo. Con las exigencias o permisividad de los padres se pueden fomentar o no la actitud generosa de los hijos.

También ayuda a superar el individualismo las tendencias sociales, el comportamiento de los responsables, la acción política o la preocupación y decisiones para mejora las condiciones de vida de los más desfavorecidos.

Existe una tendencia, cada vez más frecuente, que no facilita la mejora de la generosidad, me refiero al emotivismo. Es decir, cuando los comportamientos personales dependen únicamente de los sentimientos y emociones, no se reflexiona, no se piensa las consecuencias del actuar humano y se ignora que en la vida hay que tener en cuenta la dimensión afectiva de la persona, pero antes y sobre todo la inteligencia y la voluntad

JOSÉ MIGUEL PONCE

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