De acuerdo con el “Instituto Nacional de Estadística” (2023), en España algo más del 50% de los matrimonios acaba separándose y la media de convivencia de un matrimonio son 16 años de vida.
Ante estas estadísticas, y confirmando que un noviazgo bien construido es la base para un matrimonio feliz, muchos jóvenes preguntan: pero… ¿de qué hay que haber hablado antes de casarse?
Jesús María Silva Castignani en su libro “Novios con futuro” (2023) y mi experiencia que casi llega a ese límite crítico de los 16 años casada, me lleva a afirmar que antes de subirse al altar, hay que llevar al menos tratados los siguientes temas:
1.- Aspectos fundamentales sobre la intimidad de la pareja. Comunicación sexual, amistades, espacios de cada uno…
2.- Hablar de las familias de origen. Dónde vamos a establecer el límite, podríamos hablar de influencias externas en general. No se trata de decidir ya que todos los domingos vas a ir a almorzar a casa de tus suegros o vas a pasar las vacaciones con la familia de ella, pero al menos, ponte en situación y vive con la flexibilidad suficiente para ordenar tus prioridades y que por encima del respeto absoluto a la familia de tu futuro cónyuge, tú te vas a casar con tu marido y no con ellos.
3.- Haber hablado de vuestras creencias y las bases ideológicas sobre las que pensáis construir vuestra familia. Pregunta muy importante para los que somos creyentes: ¿vamos a educar a nuestros hijos en la fe? Y si tú no crees, ¿respetarás mi fe?
4.- Vislumbrar los aspectos económicos y perspectivas de futuro laboral y profesional. ¿De qué vamos a vivir?, ¿qué aspiraciones tenemos? No hace falta que os diga que hoy en día para casarse hace falta una mínima base económica y preveer un medio de ingresos de al menos uno de los cónyuges, y si no es así, lo mejor es esperar.
5.- La paternidad responsable. la primera pregunta que hay que hacerse es: ¿queremos tener hijos? Conozco muchos matrimonios en los que uno de ellos se negaba a tener hijos y el otro cónyuge accedió a casarse pensando que con el paso del tiempo le haría cambiar de opinión. Por supuesto, esto ha acabado en divorcio, nulidad o separación.
Otros temas a tratar relacionados con la paternidad son el uso de reconocimiento de métodos de fertilidad natural o uso de anticonceptivos. Es importante hablarlo antes de casarse y ¿por qué? Porque la vida matrimonial es larga, y hay que ser muy sinceros para darse a otra persona, no sería justo que una vez casados que él o ella nos mire a los ojos y nos diga: “eso no me lo dijiste”.
6.- Aspectos de tu personalidad o de tu pasado que podrían haber supuesto un problema en tu relación. Adicciones, algún “hijo perdido”, celotípias, … Si una persona te quiere de verdad, aunque no le guste todo de tu pasado, te quiere en el presente y pretende construir contigo un futuro: juntos. Ante todo y sobre todo, sé muy sincero.
7.- Pensad juntos ese… ¿”qué pasaría si…? Pierdo mi trabajo, tengo un accidente y me quedo en la cama, llegado el caso ¿aceptarías estar ahí cuidándome? Es duro y a nadie nos gusta hablar de estas situaciones hipotéticas pero solo el hecho de plantearlo, nos posiciona y podemos pensar hasta dónde podríamos llegar en una relación.
8.- ¿Cómo vais a gestionar el dinero? Es decir, comparto contigo todo, mi vivienda, mi coche, mi cuerpo, pero… ¿tengamos cuentas separadas? Parece una tontería pero es un asunto muy importante a tratar antes de casarse; sobre todo los novios que ya se casan habiendo comprado una vivienda anteriormente y con bienes acumulados, mientras que el otro a lo mejor se encuentra empezando la vida laboral. Ante esto, ¿cuánto estoy dispuesto o dispuesta a compartir?
9.- Pensad cómo vais a solucionar vuestros conflictos futuros. Marcad unas pautas comunes; no insultos, mucho menos faltas de respeto o pasar más de un día sin hablarse. Cuántos matrimonios conozco que dejan de hablarse a raíz de alguna discusión y entran en la dinámica de un silencio frío y distante que puede convertirse en semanas, meses e incluso ser el final de la relación.
10.- Aspectos de la historia o de la personalidad del otro que te cuesta aceptar o sacan lo peor de ti. Es ese típico… “lo que no me gusta de ti”. No me digas que te gusta todo de tu novio o novia, porque si es así aún no has buceado lo suficiente en el noviazgo. No te dejes engañar, siempre hay fortalezas y debilidades que debemos conocer, y saber si a pesar de ellas, nos lanzamos mutuamente a darlo todo. A quemar todas las naves.
No sé qué más decirte, lo tienes que descubrir tú, no tengas miedo de ser sincero, porque la transparencia y rectitud de tu modo de actuar supondrán un imán y barrera, para atraer a los chicos y chicas que merezcan la pena y para alejar a todos aquellos que no merecen estar contigo.